La balanza comercial registra el saldo entre las exportaciones y las
importaciones de bienes. Las exportaciones incluyen el valor de los bienes
y servicios producidos internamente, adquiridos por no residentes durante
el período de referencia. La importancia de observar esta variable reside en
el hecho de que las exportaciones generan divisas para el país, lo cual incrementa sus tenencias. Además, implican un aumento de la producción
nacional. También es un elemento para evaluar el grado de competitividad
del país. Las importaciones son los bienes comprados a residentes en el
resto del mundo. El estudio de esta variable sirve para ver cuál es la cantidad de divisas que salen del país y cuáles son los sectores que reciben
competencia extranjera. Además, teniendo en cuenta que un importante
componente de las importaciones lo constituyen los bienes de capital, el
análisis de las importaciones permite visualizar las posibilidades de incrementar la tecnología y, por tanto, la producción.
INEGI
Administracion y Direccion de Empresas
miércoles, 25 de septiembre de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
Las grandes empresas
multinacionales mundiales. De qué estamos hablando
Interesarse por las grandes empresas
multinacionales es abordar uno de los bloques de poder más importantes a escala
mundial, en la medida en que su volumen de actividad, así como su capacidad de
incidir sobre las economías nacionales, su extensión sobre el conjunto del
territorio mundial, y la concentración en relativamente pocas manos de su poder
de decisión, hacen de ellas uno de los ámbitos de intervención más potentes que
podemos encontrar en este momento.
Para adentrarnos en
su conocimiento, centraremos este trabajo en analizar algunos aspectos de
continuidad y cambio en el poder y en la estructura empresarial territorial de las grandes empresas
multinacionales. Tomaremos como ámbito temporal el período que abarca 1996 a
2006. Como fuente principal de información nos serviremos de los datos que
publica anualmente la revista Fortune que comprenden las 500 mayores
empresas multinacionales a escala mundial, con datos sobre localización de la
sede, ingresos, empleos y beneficios.
¿De qué estamos hablando? El conjunto de las
500 mayores empresas multinacionales ofrece unos volúmenes de movilización
directa de recursos y de trabajadores de una extraordinaria y creciente
magnitud. Para tener algún punto de referencia de esta magnitud hemos elaborado
el Cuadro 1, que nos permite contrastar lo que representa su volumen de
actividad con relación al PIB mundial. Los ingresos conjuntos que alcanzan en
un año son superiores al PIB de todo conjunto de la UE o de los Estados Unidos.
Con relación al conjunto del PIB mundial, a partir de los datos que suministra
el FMI, vemos que se incrementa a lo largo de estos años, pasando de
representar el equivalente del 38 por ciento al 43 por ciento entre 1996 y
2006. Esta simple comparación nos aporta ya una clara idea que su poder
económico en el mundo. Para hacernos una composición del lugar más matizada
hemos incluido el PIB anual de los mayores países productores.
Cuadro 1. Comparación
entre las 500 mayores empresas mundiales y valores macroeconómicos por países
La otra componente de interés
viene representada por el volumen de ocupación que requieren. La
espectacularidad de los datos nos hace ver que en 2006 daban empleo directo a
casi 53 millones de trabajadores, lo que representa una media de ocupación que
supera los 100.000 empleos directos para cada una de estas empresas. A pesar de
todo, estas cifras no alcanzan la proporción que comparativamente representa su
volumen de negocios, aun cuando en su total presenten un volumen de ocupación
superior al de muchos de los países más desarrollados (Cuadro 1).
Es interesante observar esta diferencia de
proporción entre volumen de actividad y de ocupación, que nos lleva a
introducir otro aspecto de la importancia que tiene para la economía mundial
este tipo de empresas. Se trata de considerar su papel e influencia a través de
sus efectos indirectos y derivados sobre el conjunto del sistema productivo
escala mundial. En este punto podemos considerar que su influencia se ejerce,
por lo menos, a través de cuatro grandes mecanismos. Por un lado, por su
capacidad de demanda de bienes y servicios intermedios. Por otro, por el papel
que tiene, a través de su capacidad de compra, en especial a través de las
actividades comerciales, sobre la producción de gran parte del resto del sistema
productivo. En tercer lugar, sobre la oferta, tanto cuantitativa como
cualitativa, en base a su volumen de producción y por marcar las tendencias en
los productos a consumir. Por último, con relación al sistema financiero
mundial
Este conjunto de consideraciones iniciales
aporta una primera respuesta a la pregunta que nos hacíamos al principio sobre
de qué estamos hablando, ya que nos hace ver que estamos tratando de un poder
concentrado en sólo 500 centros de decisión (sin considerar las vinculaciones
internas que puedan existir entre ellos, que aún lo concentra más) y que nos
sitúa ya ante su enorme peso directo sobre el sistema productivo mundial y en
su capacidad de influencia indirecta y derivada sobre el resto del sistema y de
los territorios.
Otra perspectiva que ayudará a situar el poder
de las 500 mayores empresas es conocer el grado de concentración que
representan con relación a las 2000 mayores empresas. Aunque los datos no son
exactamente coincidentes, sirven perfectamente al objetivo de valorar su poder
de concentración. Recurrimos para ello a los datos facilitados por el ranking
que elabora la revista Forbes y
que se recoge sintéticamente en el Cuadro 2.
Cuadro 2.
Distribución de las 2000 grandes empresas mundiales por rangos de concentración
de actividad
En él observamos que las 500 mayores empresas
representan el 65,7 por ciento de las ventas totales de las 2000 mayores
empresas y el 74,5 por ciento de los beneficios. De ello inferimos que es
realmente significativo, en términos de su poder a escala mundial, considerar
como centros dominantes los que ejercen estas 500 empresas.
Situado así el tema, consideramos que vale la
pena dedicar nuestra atención a este conjunto de empresas.
La estructura del sistema
empresarial
El hecho de que nos planteamos la
investigación tomando a las empresas como unidades de análisis, nos lleva a
considerar dos aspectos estructurales del funcionamiento empresarial. Por un
lado, toda empresa configura una organización productiva a partir de un centro
de decisión y de propiedad (headquarter).
Como es conocido, una empresa responde a una estructura jerárquica y de
organización, donde la propiedad es la que detenta el poder absoluto y
exclusivo de decisión. Este poder se ejerce sobre un conjunto organizado
territorialmente de asentamientos productivos articulados, funcional y
territorialmente, dentro de una estructura definida desde el centro de decisión
empresarial.
La componente funcional puede dar lugar a
diversas formas de organización, en nuestro caso, por tratarse de empresas
multinacionales, bajo una estructura multiplanta, siguiendo modelos muy
diversos ampliamente recogidos en cualquier tratado de organización
empresarial. Cada planta, establecimiento, unidad productiva, o como prefiera
llamársele, se localiza a partir de la componente estratégica territorial
dentro de la estrategia global que la empresa vaya definiendo en cada momento.
Lo significativo es retener que, en la actualidad, los procesos de
internacionalización, mundialización y globalización llevan a que las
estrategias empresariales adopten, precisamente como ámbito territorial
estratégico, la escala mundo ya que nos encontramos con empresas que se definen
precisamente por su multi-nacionalidad.
A su vez, la dimensión territorial queda
definida a través de dos grandes procesos. Por un lado la territorialidad
vinculada al centro de decisión. Por otro, la territorialidad vinculada a la
funcionalidad de los asentamientos de cada una de las unidades productivas en
las que se divida y articule el conjunto de la empresa multinacional. Por las
razones ya apuntadas, la lógica multinacional se concretará en asentamientos
dispersos por el planeta, en coherencia con cada estrategia empresarial global.
Las posibilidades que abre la división internacional del trabajo y de la
producción están en la base del potencial de dispersión mundial de las
distintas unidades productivas
El modelo de articulación funcional vinculado
a su estructura territorial da como resultado multitud de formas de
organización empresarial y de aprovechamiento de las características
diferenciales de cada territorio en este espacio mundial. En algunos casos por
relación a las fuentes de primeras materias o de energía, en otros a las
estructuras y cualificaciones de los mercados de trabajo (con un fuerte
componente vinculado a las desigualdades socioterritoriales), en otros a la
capacidad de consumo de ciertos territorios o, en otros, finalmente, por
factores estratégicos y geopolíticos de significación diversa.
Estructura territorial
Comencemos nuestro recorrido por la componente
territorial. Un análisis de la articulación territorial del poder
de estas empresas deberá considerar, por lo menos, tres grandes niveles de
incidencia territorial. a) En cuanto localización de la sede social central y,
por tanto, del centro de poder absoluto. b) En cuanto localización de los centros
de decisión subsidiarios dentro de cada país. c) En cuanto a los centros de
producción y comercialización a través de los que ejecutan sus actividades
económicas, distribuidos funcionalmente a escala mundial y dentro de los
territorios nacionales. Lo primero que debemos advertir es que, dada la limitación y objetivos de
este trabajo, nos circunscribiremos a la componente territorial vinculada a los
centros de decisión. Dejaremos de lado la articulación de los centros
productivos, lo que requeriría de otras fuentes de información y de una
diferente metodología de análisis.
Un hecho de importancia no secundaria se
refiere a que toda localización implica una fijación en un territorio concreto,
sometida a unos condicionantes, no sólo económicos, sino también sociales,
culturales, políticos, ideológicos e incluso militares, con los que cada
asentamiento productivo debe interactuar. En ciertos aspectos será condicionada
por ellos, mientras que en otros podrá apoyarse en ellos para reforzar su poder
o influencia.
Desde la perspectiva del asentamiento de los
centros de decisión, esta vinculación socioterritorial tendrá un claro reflejo
de implicación relacionada con la nacionalidad territorial del asentamiento.
En efecto, a nadie sorprende que al tratar el tema de las multinacionales se
tenga muy en cuenta su país de procedencia, ni que se analice su papel sobre la
base de este criterio nacional, al considerar, no sólo su papel en la economía
mundial, sino también en los efectos sobre los territorios internacionales de
asentamiento de sus plantas, centros productivos o agencias comerciales. El
factor nacional tiene implicación por cuanto la presencia en el mundo de sus
empresas multinacionales comporta una expresión de su poder internacional. A
través de las empresas se proyectan parte de sus propios intereses económicos,
pero también de sus pautas culturales, de su concepción ideológica, de su poder
e influencia política, de su orgullo nacional. Al mismo tiempo, son una de las
bases importantes del poder de su “marca nación”. Cada una de estas empresas
representan claramente centros de dominio supraterritorial.
Por otro lado, las empresas nacionales se
constituyen en poderes fácticos que presionan para que los instrumentos del
Estado sirvan a sus intereses estratégicos, en el reforzamiento de su poder
sobre los territorios a los cuales se dirigen y en los que anclan sus
establecimientos. A mayor poder de sus multinacionales mayor vinculación con
las instancias políticas en su política exterior.
Teniendo en cuenta estos criterios,
iniciaremos el recorrido territorial, primero, considerando su vinculación
nacional, para, después, adentramos en cada país más significativo. Nos
interesa sobre todo examinar el poder absoluto por países así como las
tendencias de cambio en ese poder mundial
El poder absoluto
por países y regiones mundo y tendencias de cambios
Una primera aproximación en la distribución de
las sedes de las 500 mayores empresas mundiales por su volumen de negocio, nos
permitirá obtener una visión tanto comparativa como de tendencia. Sobre la base
territorial de localización de las sedes aplicaremos cuatro criterios
empresariales: por número de empresas, por volumen de ingresos, por cantidad de
empleo directo y, por último, de acuerdo con los beneficios obtenidos. El
Cuadro 3 y las Figuras 1 a 5 aportan la base estadística y visual para su
observación y análisis. La aproximación a los cambios toma como referencia los
valores del año 2006 en relación con 1996, ya que se trata de observar lo
ocurrido a lo largo de esta década.
Cuadro 3.
Distribución de las 500 grandes empresas mundiales por agrupación de países en
1996 y 2006
Figura 1.
Distribución por territorios de la sede social de las 500 mayores empresas
mundiales por número de empresas en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
Figura 2.
Distribución por territorios de la sede social de las 500 mayores empresas
mundiales por ingresos en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
Figura 3.
Distribución por territorios de la sede social de las 500 mayores empresas
mundiales por empleos en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
Figura 4.
Distribución por territorios de la sede social de las 500 mayores empresas
mundiales por beneficios en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
Figura 5.
Distribución por territorios de las sedes sociales de las 500 mayores empresas
mundiales por número de empresas en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
Lo primero que destaca es la acusada
tripolaridad en la concentración de estas empresas. Como nación individual
predominante destaca claramente Estados Unidos de Norteamérica, aun cuando como
conjunto territorial el volumen de empresas es superior si consideramos a
Europa como agregado. En tercer lugar se sitúa Japón. De forma coherente, este
dominio se refleja en las cuatro variables que estamos considerando, aun cuando
se presentan algunos matices diferenciales, que la evolución a lo largo de
estos diez años pone más de manifiesto.
Antes de continuar en el análisis más
pormenorizado de la variable territorial internacional, es trascendente
destacar la ausencia permanente de África dentro de esta estructura de poder
empresarial. Ni en 1996 ni en 2006 aparece ninguna empresa asentada en el
continente dentro del ranking.
La presencia de empresas de los Estados Unidos
se mantienen constante en número (162 empresas, 32,4%). Europa en su conjunto
aumenta su presencia (de 171 a 178, lo que representa pasar del 34,2% al
35,6%). Japón acusa los efectos de la crisis que afectó a este país que le
lleva a disminuir su presencia en estos diez años desde las 126 empresas a las
67, rebajando por tanto su participación del 25,2 por ciento al 13,4 por
ciento, manteniéndose aún así como tercer ámbito territorial en importancia.
El volumen de ingresos al principio del
período estudiado es algo más homogéneo entre los tres ámbitos territoriales,
pero evoluciona hacia una tendencia de crecimiento relativo del conjunto
europeo, superior al crecimiento norteamericano, y una clara disminución en el
caso de Japón.
La variable empleo directo ofrece matices
distintos interesantes de destacar, tanto en volumen como en tendencia. Cae el
empleo directo en los tres bloques territoriales hasta ahora considerados, y
hace su aparición China que, al final del período, en 2006, superará claramente
a Japón, habiendo evolucionado desde un 1,3 por ciento en 1996 al 13,7 por
ciento en 2006. Estos cambios relativos debidos a la creciente presencia de China
no representan sin embargo pérdidas absolutas de ocupación directa, ni por
parte de Estados Unidos, que aumenta el número de empleados de sus empresas
multinacionales en un 30,2 por ciento (al pasar de 14 a 18,2 millones), ni de
Europa, que incrementar la ocupación absoluta en un 32,8 por ciento (de 13,5 a
18 millones de empleados), lo que refleja una dimensión empresarial unitaria
algo inferior a la de los EEUU. Incluso Japón casi mantiene su ocupación
empresarial al descender sólo un 3 por ciento (de 5,2 a 5 millones). China es
la que ha trastocado los valores relativos por cuanto, en términos absolutos,
ha pasado de los 0,4 millones que empleaban sus grandes empresas
multinacionales (recordemos que se trata de las que figuran dentro de las 500
mayores mundiales) a algo más de 7,2 millones de 2006 (lo que presenta una
extraordinaria incremento de 1.529 por ciento en estos diez años). Acompañan a
China en el crecimiento del empleo de sus grandes empresas multinacionales
India, con un incremento del 851 por ciento (lo que representan 0,3 millones en
2006), y el resto del conjunto del sudeste asiático el cual, aún cuando en
términos relativos su empleo directo crece por encima de la propia China en un
1.751 por ciento, queda muy lejos en empleo absoluto, al contabilizar
únicamente 0,6 millones de empleos. Que el sudeste asiático, con China a la
cabeza, se está convirtiendo en la fábrica del mundo, parece confirmarse con
estas cifras.
La diferenciación más trascendente se refleja
en el capítulo de la distribución de los beneficios que obtienen este conjunto
de empresas. Por un lado, este factor se muestra claramente bipolar a escala
mundial, centrado en Estados Unidos y Europa, los cuales, en su conjunto,
acumulan más de las tres cuartas partes de los beneficios mundiales, aún cuando
se constate un cierto descenso respecto a 1996. En 1996 los Estados Unidos
acapararon más de la mitad del total de beneficios, con un importante descenso
relativo diez años más tarde (del 53,5% al 38,5%), mientras que el conjunto
europeo hacía aumentar el rendimiento de sus empresas desde el 31,3 por ciento
al 38,1 por ciento. En su conjunto, estos dos ámbitos territoriales, pero
reducen su acumulación, acaparan desde el 84,7 por ciento al 76,5 por ciento.
Si agregamos a estos valores los que aporta Japón, a pesar de su situación de
crisis, entre los tres bloques mantienen una impresionante capacidad de
concentración que se sitúa en el 83,5 por ciento mundial, aunque habiendo
descendido desde el 94,8 por ciento de 1996. En este aspecto, hasta el momento
la presencia de China todavía no ha mostrado su capacidad para modificar la
situación de dominio tripolar.
Interrelacionando estos factores obtenemos
distintos indicadores que permiten algunas interpretaciones de interés en el
análisis de este proceso, lo que permite apuntar ciertas tendencias de cambio.
Por un lado, constatamos que estas empresas
tienen una tendencia a aumentar su gigantismo individual, como muestra el
Cuadro 4, en el que se refleja la media de empleo por empresa para los
territorios que venimos analizando. En su conjunto se pasa de una media por
empresa de 71 mil empleos directos a 106 mil. Los Estados Unidos, Europa y
Rusia superaban los 100 mil en 2006; pero lo destacable era los casi 400 mil
que correspondían a las empresas de Rusia en 1996 (que han descendido a 184 mil
al final del periodo) pasando el relevo a China, con más de 300 mil empleados
de media. El mayor volumen cuantitativo de empleo parece llevar aparejado un
uso extensivo de la fuerza de trabajo.
Cuadro 4.
Productividad aparente, beneficio y empleo en las 500 grandes empresas
mundiales por agrupación de países en 1996 y 2006
Las mayores productividades aparentes
(ingresos por empleo directo) corresponden en 1996 al conjunto de los países
del sudeste asiático, con Japón a la cabeza, acompañado por Corea del Sur,
India y resto del sudeste asiático, pero con la excepción de China. En todos
ellos muy por encima de la productividad aparente que reflejan Estados Unidos y
Europa.
Diez años más tarde Corea del Sur se situaba
en cabeza en productividad, mientras que el resto del conjunto asiático pierde
en valores absolutos, al tiempo que Europa y en menor medida Estados Unidos,
incrementan notablemente el factor productividad. China acompaña la tendencia a
la baja de la productividad asiática, por cuanto desciende al valor más bajo de
todos los conjuntos territoriales mundiales. Un caso particular es el
representado por el área del Próximo Oriente por su vinculación al petróleo,
pero se trata de una sola empresa.
En cuanto al indicador de beneficios por
empleo, presenta una lógica totalmente distinta a lo visto hasta ahora. Oriente
próximo, Australia y el resto de América (excluido Estados Unidos y Canadá) son
los que mayor acumulación presentan por puesto de trabajo directo sobre la base
de fuertes incrementos desde 1996. En su conjunto, el resto de territorios que
aportan grandes empresas multinacionales, incrementan sus beneficios por
empleo, a excepción de China, donde el valor añadido por sus empleados se
mantienen en cotas muy bajas, de 8 mil dólares por empleo, frente a una media
mundial de casi 29 mil dólares.
Ante el conjunto de estas magnitudes queda
abierta la cuestión de lo que pueda suceder con China, por cuanto presenta un
importante margen para incrementar su productividad, que debería reflejarse en
incrementos del valor añadido y de los beneficios por empleo. Lo interesante será
observar en qué proporción su evolución se apoya en la innovación técnica y en
qué medida en la reducción de empleo. En el caso de que los incrementos de
productividad se apoyasen a su vez sobre las mismas magnitud de empleo,
asistiríamos a una espectacular expansión en su paso a nueva potencia económica
mundial. Si, por lo contrario, se mantienen el modelo de explotación extensiva
de su fuerza de trabajo con un crecimiento débil en su productividad, podría
quedar alejada o reducida a un papel secundario como centro decisional a escala
mundial.
Si nos acercamos algo más a la estructura de
los Estados, el Cuadro 5 y la Figura 6 matizan en cierto grado la estructura
territorial mundial. Estados Unidos es la mayor potencia en empresas
multinacionales (162) casi triplicando a su inmediato seguidor en 2006, que es
Japón, con 67 empresas (del que hemos visto que había descendido notablemente
desde las 126 que aportaba en 1996). Francia (de 42 a 38), Alemania (de 41 a
37) y Reino Unido (de 34 a 33), les siguen en esta ranking. Como observamos,
todos ellos han descendido ligeramente en su presencia dentro de este bloque
dominante, pero se mantienen por encima de las 30 empresas por Estado. El
crecimiento más espectacular lo presenta China que sitúa 24 empresas frente a
las 3 (5) que tenían en 1996. Canadá es otro
estado con un incremento sustancial en su presencia, de seis a 16 lo que la
sitúa en la séptima posición, seguido por Corea del sur, Holanda, Suiza e
Italia con más de 10.
Cuadro 5.
Distribución de las 500 grandes empresas mundiales por países en 1996 y 2006
Figura 6.
Localización por países de la sede social de las 500 mayores empresas mundiales
por número de empresas en 1996 y 2006 (Fuente: Forbes y elaboración propia)
El listado de países se completa hasta la
cifra de 31 en 2006, frente a los 26 que participaban diez años antes.
Podríamos decir que el vacío dejado especialmente por las 59 empresas japonesas
desaparecidas ha permitido incorporarse a este selecto grupo a siete nuevos
estados, aun cuando con 1 o 2 empresas; todos ellos ubicados en Europa o
sudeste asiático, con la extensión de Arabia Saudita. Sólo Venezuela pierde la
única presencia que tenía en 1996
Este nivel de desglose nacional en sentido
estricto, por debajo de los bloques territoriales que antes hemos establecido,
es importante desde la perspectiva de la relación entre poder político y poder
económico, por cuanto la importancia de esta vinculación, que hemos planteado
con anterioridad, se corresponderá con la capacidad de influencia
internacional. El paso de los bloques territoriales a los estados nacionales
pone de manifiesto la debilidad que conlleva la dispersión por naciones, como
es el caso de Europa y, especialmente, de la Unión Europea. Es decir, si como
conjunto territorial Europa supera en empresas multinacionales a los Estados
Unidos, por lo que hace al poder real derivado de la imbricación poder
económico-poder político se ve fuertemente disminuido por el fraccionamiento de
la voz política entre tantos estados como la forman. Las empresas
estadounidenses tienen un interlocutor único –que a su vez es un único avalador
internacional – en el Departamento de Estado, lo mismo que sucede con Japón, o
lo que sucederá con China, mientras que el bloque europeo se fragmenta a través
de cada uno de sus Ministerios de Asuntos Exteriores y de sus políticas
exteriores, que atenderán cada una de ellas a defender sus intereses
individuales (nacionales), sin potenciar una política común que pueda
corresponderse con su potencial económico conjunto.
Conviene resaltar como último aspecto del
papel por países, que el conjunto que ha dado en denominarse BRIC (que
engloba a aquellos grandes estados que se considera que pasarán a ocupar un
papel relevante en el nuevo orden económico mundial por su potencial de
crecimiento), ha evolucionando, en términos de incremento de su participación en
el poder empresarial mundial, más lentamente que el papel que se les atribuye
cara al futuro. En su conjunto han pasado de 10/12 a 39 empresas (el 7,8% en
2006), pero fundamentalmente gracias a la expansión de China (de 3/5 a
24), ya que los tres países restantes sólo han crecido de 7 a 15 empresas.
El poder territorial en el interior de los
estados
Siguiendo con el
análisis de la articulación territorial del poder de estas empresas, nos
interesa ahora poner la atención en la ubicación especifica de la sede social
central y, por tanto, del centro de poder absoluto dentro de cada unidad
nacional
En cuanto al origen
de la localización de las sedes centrales, podemos constatar que el hecho
metropolitano aparece como causa y como efecto. Como efecto sobre la
metropolización en la medida en que la localización inicial de ciertas empresas
constituyó uno de los motores del crecimiento de los núcleos en los que se
habían localizado, generando economías de urbanización a partir de la sucesión
de interrelaciones entre economías de aglomeración, de concentración y de
escala. Por tanto, una gran parte del crecimiento metropolitano de las ciudades
que no son capital de Estado, responden al efecto de las implantaciones
iniciales, y su posterior expansión, entre las que encontramos a muchas de las
todavía dominantes. Sobre la base de este proceso, las condiciones de
urbanización que se iban potenciando sirvieron como causa de nacimiento o
implantación de nuevas empresas, que a su vez han alcanzado el liderazgo
mundial que este grupo refleja. La expansión de los servicios, y muy
especialmente la banca, han aprovechado las economías de urbanización en
beneficio propio como base de su potenciación.
De esta forma, y
siguiendo la misma base estadística para el año 2005 se pone de manifiesto de forma clara el
papel de los centros metropolitanos como ámbitos territoriales de localización
de las sedes, dado que representan casi el 87 por ciento (105) de los 121
ámbitos de concentración a escala mundial. Su importancia absoluta es todavía
mayor por cuanto se ubican en ellas casi el 97 por ciento de empresas (483).
Solamente un pequeño porcentaje de empresas (17,4%) no ha necesitado o no ha
sido capaz de generar una dinámica de metropolización
Ahora bien, si la
metrópolis encarna el lugar idóneo de localización de las sedes empresariales,
no lo es el proceso inverso. No todo entorno metropolitano, o mejor sería decir
aglomeración urbana, presenta las condiciones idóneas para la dinamización
empresarial; significa que ni el contexto metropolitano concreto, ni el entorno
externo de país habrán ofrecido las ventajas de localización que dan lugar a
este tipo de empresas.
En resumen, como
causa y/o como efecto realimenador, las condiciones metropolitanas aparecen con
toda claridad como condición casi necesaria para el desarrollo de grandes
corporaciones.
El factor
metropolitano y, más concretamente, de concentración metropolitana, apunta
hacia una nueva dimensión de la territorialidad del poder dentro de la escala
nacional. En concreto, las regiones metropolitanas de Tokio (53), Nueva York
(36, París (36) y Londres (33), constituyen
los cuatro centros territoriales principales de poder empresarial mundial Desde tan sólo estos cuatro centros se controla casi un tercio de la actividad
de las grandes corporaciones. Las 18 siguientes regiones metropolitanas, con
más de 5 empresas por aglomeración, representan aproximadamente otro tercio.
Mientras que el último tercio se reparte entre las restantes 99 localizaciones.
En volumen representa que, de los 50,5 millones de empleados que trabajan para
estas empresas, casi 15 millones son controlados desde cuatro ciudades; así
como el 32.7 por ciento de los ingresos (6.192.713 M$) y el 37 por ciento de
los beneficios (450.000 M$)
A su vez, el factor
metrópolis se refuerza en general a través del factor capitalidad. En efecto,
de los 32 países representados en el ranking, en 24 (84%) la capital concentra la mayoría de sedes,
de los cuales en 12 (38%) todas están ubicadas en la capital. Solamente en 3
(Canadá, Suiza y Australia) la capital del estado no localiza ninguna gran
empresa, mientas que en otros 3 (Estados Unidos, Alemania y Brasil) la capital
tiene una concentración minoritaria.
Observemos que en los
casos en que no se da el efecto capitalidad sus procesos históricos han seguido
pautas muy particulares. En ellos la ubicación de la capital ha obedecido a
razones desvinculadas del papel económico y mucho más vinculada a razones de
oportunidad política, como puede ser Brasilia o Berlín actualmente. En Estados
Unidos, y también en Alemania, la dispersión territorial puede ser explicada,
además de por su estructura federal, como en Suiza, por el proceso de expansión
económica a lo largo del siglo XX.
Aun así, la
localización de la sede central debe ser tomada como un punto de referencia
relativo, y no absoluto, ya que lo verdaderamente significativo se sitúa en el
ámbito de la territorialidad del accionariado, sea directamente a través de las
vinculaciones externas de grupos presentes, o sea a través de la posición
estratégica de algún grupo dominante de control entre el accionariado. En este
sentido, las relaciones internas de poder entre los agentes empresariales son muy
importantes y aportan casuísticas particulares para cada empresa. Un caso
particular es el de la participación directa del sistema bancario, y cada vez
más del financiero, sobre el sistema productivo, que conllevará que el
tratamiento de la distribución territorial de los centros de decisión deba ser
relativizada respecto a los propietarios últimos del capital. En particular
desde los años 1980 han adquirido creciente protagonismo los fondos de capital
riesgo (private equity) que se han convertido en el operador
más activo del cambio en el mundo empresarial
Estructura sectorial /
territorial
Algunas de las cuestiones que podemos formular
con relación a la estructura sectorial territorial de las grandes empresas
multinacionales se centrarían en conocer a qué se dedican estas empresas; cuál
es su campo de actuación; qué tipo de intereses empresarial-productivos las han
llevado a la internacionalización de sus actividades; qué campos de actividad
son los que tienden a la mundialización; qué papel desempeñan los mecanismos de
división internacional del trabajo y de la producción en este proceso y, muy
importante, cómo evolucionan estas características. Veamos cuáles son las
respuestas a algunas de estas cuestiones.
Incremento en su
poder global
La evolución a lo largo de estos diez años de
los cuatro indicadores con los que estamos trabajando (Cuadro 6), y por
comparación entre ellos, muestran que, sobre la base de un mismo número de
empresas, los beneficios han crecido sustancialmente más con relación al
incremento que representa su volumen de negocio valorado por los ingresos, y el
conjunto del empleo directo que ocupan.
Cuadro 6. Distribución
de las 500 grandes empresas mundiales según grandes grupos de actividad
Su incremento de poder económico empresarial
se refleja en ese 278,2 por ciento de aumento de los beneficios con relación a
sólo un 82,8 por ciento de incremento en los ingresos. También han aumentado en
su tamaño como empleadores de fuerza de trabajo, aún cuando con un valor
inferior del 49,1 por ciento.
Una primera característica relevante del papel
de estas grandes empresas en el contexto económico general, a lo largo de este
período de crecimiento económico generalizado, se refleja en su capacidad de acrecentar
beneficio.
Sectores con
atractivo multinacional
Cuando diferenciamos
los distintos campos de actividad, la primera impresión que tenemos al observar
el Cuadro 6, donde se presentan estas empresas reunidas bajo grandes epígrafes
sectoriales, es la de que la publicitada terciarización de la sociedad
avanzando hacia una sociedad postindustrial no queda reflejada de forma
evidente para las grandes empresas mundiales, ni por número ni por sus
indicadores de explotación empresarial. Las actividades que siempre se ha
considerado como formando parte de la actividad industrial (industria más
construcción) no sólo no pierden peso a lo largo de los diez años que estamos
analizando sino que incrementa su presencia tanto cuantitativa como, digamos,
cualitativa (ingresos, empleos, beneficios), llegando en 2006 a situarse
prácticamente en el 50 por ciento de las empresas que forman este grupo
selecto, en un proceso que durante estos diez años se presenta como creciente
(del 45,2% al 49,8%).
La primera impresión
que nos produce esta distribución equilibrada entre industria y servicios es la
de que debemos relativizar, como hemos indicado, la idea de un avance global
imparable hacia la sociedad postindustrial, en el sentido en que se ha venido
promocionando desde ciertos cenáculos intelectuales vinculados a la promoción
de la postmodernidad desde finales del siglo XX, según la cual la modernidad
debe prescindir de la industria. Aquí, el territorio tendrá mucho que decir,
por cuanto no es lo mismo extrapolar lo que sucede en algunos de ellos –los
considerados desarrollados, sobre los que han basado los alegatos
postmodernistas y postindustrializadores-, de lo que sucede a escala mundial,
que es en el ámbito en el que se sitúan los datos que estamos tratando y en el
que está funcionando la economía mundial.
Es cierto que, dentro
del grupo que consideramos como industria, cabe distinguir entre la industria
manufacturera y las actividades de base industrial situadas en los dos extremos
del proceso productivo, es decir, la obtención de las primeras materias y la
producción y distribución de energía y agua (las utilities). En el caso de las primeras materias, por el papel
especulativo al que han estado sometidas durante estos años. Ello se refleja en
que el número de empresas vinculadas a estas actividades aumenta en estos diez
años de 34 a 49 empresas relacionadas con las primeras materias y el petróleo,
y de 17 a 30 en las de producción y distribución energética y agua. Este
incremento en su presencia lo hacen básicamente a expensas de la disminución en
el ranking de las
grandes empresas de servicios y, en menor grado, de la actividad manufacturera.
El conjunto de los servicios desciende en 23 empresas, de 274 a 251, con lo que
ven reducida su presencia del 54,8 por ciento al 50,2 por ciento en volumen de
empresas, mientras que el sector industrial reduce ligeramente su presencia en
6 empresas, de 163 a 157, del 32,6 por ciento al 31,4 por ciento.
No obstante, el
indicador por número de empresas conviene matizarlo por las tendencias en los
valores de explotación empresarial.
Las actividades
vinculadas a las primeras materias y petróleo, claramente ascendente en su
presencia numérica, también muestran como los factores especulativos se han
centrado en ellas en cuanto proporcionalmente aumenta tanto en sus ingresos
como en sus beneficios (en 2006 estas empresas, que representan en número el
9,8 por ciento, concentran en 15,2 por ciento de los ingresos y el 19 por
ciento de los beneficios). Por su parte, las empresas de energía y agua, que
aumentan considerablemente en numero, hasta el 6 por ciento, no alcanzan esta
proporción ni en ingresos ni en beneficios ( 5% y 6% respectivamente) mientras
son más intensivas en trabajo (6,8%).
El ligero descenso
del número de empresas manufactureras viene acompañado de descensos
proporcionalmente mayores en ingresos y beneficios (del 31,4% en empresas al
28,6 de los ingresos y el 24,3% en beneficios). Por su parte los servicios
mantienen una proporción ligeramente inferior en ingresos y beneficios mientras
que, junto a la construcción, son sectores que tiene una proporción superior de
empleo, indicador de una cierta diferencia con inferior productividad aparente.
Esta visión sectorial
global muestra matices internos en cuanto la descomponemos combinando
diferencias sectoriales y diferencias territoriales.
Cambios internos de
la estructura sectorial
Al desagregar por
actividades más específicas los procesos de crecimiento-decrecimiento que
reflejaban los grandes sectores ahora se diluyen en matices intrasectoriales
(Cuadro 7). Podemos distinguir cuatro grandes bloques de tendencia.
Cuadro 7. Distribución
de las 500 grandes empresas mundiales según actividad
Por un lado, aquellas
actividades que han aumentado claramente su presencia, en el que se inscriben 3
ámbitos de actividad. Por un lado, como acabamos de señalar, las dos
actividades más expansivas en su presencia dentro del grupo de las 500 grandes
empresas han sido Minería y el Petróleo con 15 empresas, y Energía y Agua con
13 empresas. Junto a ellas aparece una importante penetración del sector
Sanitario, que incrementa su presencia en 11 empresas.
En el extremo
opuesto, es interesante observar como pierden más de 10 empresas actividades de
servicios tan significativas como Banca y Ahorro, Seguros y Comercio mayorista.
Y en menor grado, Alimentación-Distribución e Industrias diversas.
Un tercer bloque, y
en su conjunto el mayoritario, viene representado por aquellas actividades cuya
presencia podemos considerar que se mantiene constante, pues variaciones de +/-
3 empresas no podemos considerar que sean significativas de ningún tipo de
tendencia. Dentro de este grupo se hallan todas las actividades industriales
manufactureras, la construcción y servicios tanto ligados a los servicios
públicos como al ocio.
Por último, debemos
considerar aquellas actividades que estaban ausentes, o prácticamente ausentes
(con una empresa) en 1996 y que incrementan su presencia. Se trata sobre todo
de actividades vinculadas a las nuevas tecnologías, tanto en su vertiente
industrial (Semiconductores y otros componentes electrónicos) como a los
servicios (Servicios informáticos y Software, y Otros servicios a la
producción). Junto a ellos también observamos una mayor presencia de las
Navieras.
Deberemos esperar a
introducir la variable territorial para interpretar mejor las tendencias
generales que acabamos de señalar por actividades.
La distribución
territorial de la actividad
El análisis de los cambios por actividad ha
dejado abiertas algunas incógnitas que podrán ser interpretadas al filtrarlas
por la variable territorio.
El Cuadro 8, donde se ha recogido la
distribución de las sedes territoriales de las diversas actividades, según
número de empresas y según volumen de negocio, nos muestra diferencias
importantes en el papel que cada territorio está jugando sobre el dominio de
ámbitos de producción económica con significado técnico, económico y político
distinto.
Cuadro 8. Distribución
territorial de la actividad de las 500 grandes empresas mundiales en 2006
Aun cuando Estados Unidos y Europa están
presentes en casi todos los ámbitos de actividad, aportan pesos
significativamente distintos en algunos sectores estratégicos. Lo que
diferencia a Estados Unidos, más allá de representar un sustantivo tercio de
las empresas y del volumen de negocios sobre el total mundial, es su papel
relevante en los sectores más estratégicos como son los Servicios informáticos
y Software (control del 100%); Aeroespacial y Defensa; Servicios a la
producción; Equipos informáticos y, en las actividades logísticas (Correos y
Paquetería). Mientras que su presencia es menor o nula en las actividades de
orden industrial más maduras (sin presencia en Navieras y Material de
construcción y escasa en Metal). Lo que es interesante señalar es el papel
inverso que tiene en actividades auxiliares financieras (Brokers), donde
acapara más de 90 por ciento del negocio, frente a la limitada presencia de la
Banca y Ahorro. Otras actividades con fuerte presencia son aquellas
relacionadas con su modelo social, significativamente distinto al europeo, como
se muestra en el peso que tiene el sector sanitario (en una sociedad donde la
Seguridad Social publica es muy débil y debe recurrirse a la sanidad privada),
y en las Cadenas comerciales o el Ocio.
Como hemos indicado, Europa muestra su presencia
en casi todos los ámbitos, así como un volumen ligeramente superior a Estados
Unidos, tanto en número de empresas como en volumen de negocio, pero mostrando
una debilidad relativa en los sectores más estratégicos de la innovación, ya
que no tiene presencia precisamente en Servicios informáticos y Software;
Equipos informáticos, ni en Semiconductores. En contrapartida su potencia se
manifiesta en la Banca y Ahorro y en Redes y equipos de comunicación, así como
en Seguros, a la vez que en actividades maduras como Materiales de construcción
y Navieras entre otras.
Japón, que en el año 2006 había descendido en
su participación hasta el 13,4 por ciento de empresas y 11,5 por ciento de
ingresos (desde el 25,2% y 29% respectivamente en 1996), continua manteniendo
su potencia en Electrónica, Equipos informáticos o en el Comercio mayorista.
Corea del Sur, a pesar de su menor peso de
conjunto (sobre el 3%), está presente en actividades vinculadas especialmente a
la producción industrial, lo mismo que ocurre con China. Las empresas
procedentes del resto del mundo, que representan el 10 por ciento de las
empresas, sólo alcanzan a producir el 6,3 por ciento del volumen de negocio,
sin presencia en numerosos sectores, ni en los estratégicos.
Si acudimos al Cuadro 9, que representa la
variación del número de empresas por territorios entre 1996 y 2006 vinculadas a
su actividad, nos ayudará a comprender aquellos cambios por actividad que
habíamos dejado pendientes de interpretar, al tiempo que refleja ciertas
transformaciones estructurales territoriales.
Cuadro 9. Variación
territorial de la actividad de las 500 grandes empresas mundiales entre 1996 y
2006
El hecho más significativo es el notable
descenso de empresas japonesas, que como sabemos pierde 59 de las 126 que
aportaba en 1996, lo que reduce en 67 su presencia en 2006. Este descenso tiene
su claro reflejó en los descensos globales en las actividades de Comercio
mayorista, que de las 13 desaparecen del ranking 8 son japonesas. Lo mismo
ocurre con los Seguros, donde igualmente Japón pierde 8 empresas. Algo más
importante es el papel de Japón en el descenso de la Banca y Ahorro ya que son
12 las empresas japonesas que pierden su presencia en el ranking. El vacío
dejado por Japón es aprovechado especialmente por China y Canadá, que
incorporan respectivamente 19 y 10 empresas al selecto grupo de las 500.
También Europa participa de esta reestructuración al incorporar 7 nuevas
empresas, mientras que el resto de los territorios mundiales lo hace en un
volumen de 23 empresas.
Estados Unidos se refuerza en los sectores
Sanitario (10), Comercial minorista (5) y Energía y Agua (5).Mientras que
pierde su mayor volumen de participación en el sector de las Telecomunicaciones
(-7). Europa, por su parte, incrementa su peso en Energía y Agua (8), Minería y
Petróleo (5) y Construcción e Ingeniería (4) y retrocede en Banca (-6) y
Seguros (-5). Del resto del mundo cabe destacar el aumento de Seguros (3) en
Canadá; también 3 nuevas empresas de telecomunicación en Corea del sur; así
como también 3 nuevas empresas en cada uno de los sectores de Minería y
Petróleo, Construcción e Ingeniería y Banca por parte de China; 4 empresas en
Minería y Petróleo en India y 3 empresas en Banca en Australia. Por su parte,
Rusia sólo incrementa su presencia en Minería y Petróleo, con 3 empresas.
En resumen, se observa cierta reestructuración
interna en los tres bloques clásicamente dominantes representados por Estados
Unidos, Europa y al mismo tiempo un fuerte descenso de Japón. La abertura hacia
el resto de territorios mundiales es lenta, con la excepción de la mayor
aceleración de China (+19), aun cuando ausente de las actividades estratégicas
tecnológicas.
La componente empresarial
Hasta aquí hemos tratado a estas empresas como
un todo estructural, tanto desde la vertiente territorial -por países y
supraconjuntos estatales- como por sectores de actividad. Es el momento de
acercarse al nivel de la empresa para analizar con mayor profundidad algunas de
sus características individualizadas. Es importante descender a este nivel,
dado que son las empresas las que actúan sobre el territorio y en los contextos
económicos productivos. Al mismo tiempo, es desde cada uno de sus centros de
poder desde donde se toman las decisiones que afectarán a las personas y a los
territorios. También nos permitirá damos cuenta de las magnitudes de su poder
individual y, por consiguiente, de su elevada capacidad de intervención
socioeconómica y territorial.
Como media, el Cuadro 10 nos muestra que las
estudiadas en este trabajo son empresas que en 2006 facturaban 41.801 M$
(frente a 22.868 M$ en 1996, a precios corrientes). Tienen también como media
una plantilla de 105.675 trabajadores directos, lo cual representa un
importante incremento de volumen desde los 70.880 de 1996. También los índices
de beneficios se han incrementado notablemente, al pasar de 809 a 3.058 M$ de
media por empresa.
Cuadro 10. Valores
medios por empresa según la actividad de las 500 grandes empresas mundiales
entre 1996 y 2006
El mismo Cuadro 10 permite observar como
existen diferencias importantes en estos volúmenes medios según los sectores de
actividad. Así en ingresos, para 2006, se oscilará entre un máximo de 64.775 M$
de media de las actividades de Minería y Petróleo y un mínimo de 19.247 M$ para
las Industrias diversas. En empleo, y para el mismo año 2006, las actividades
de Ocio son las que, como media, ocupan por empresa mayor número de
trabajadores (285.693) y en el extremo inferior Otros servicios a la producción
con 33.500. Los beneficios también son dispares, situándose el nivel medio
superior en los 6.118 M$ de las actividades de Farmacia y Cosmética, mientras
nuevamente Otros servicios a la producción presentan el menor volumen de
beneficios con 582 M$.
Empresas
significativas
Pasando de los valores medios a los de
empresas concretas se presentan los Cuadros 11, 12 y 13, que recogen las 20
mayores empresas por ingresos, empleo y beneficio respectivamente.
Cuadro 11. Las 20
mayores empresas mundiales por ingresos en 2006
Cuadro 12. Las 20
mayores empresas mundiales por empleo en 2006
Cuadro 13. 20 mayores
empresas mundiales por beneficios en 2006
La mayor empresa por ingresos y por empleo es Wal-Mart Stores, la mayor cadena de
comercialización minorista estadounidense, que opera en 13 países (Centro y Sur
América, Japón y China). Comparándola con el PIB por países, por su volumen de ingresos
se situaría en 2006 en la posición 26, detrás de Noruega. Su volumen de empleo
ha alcanzado la espectacular cifra de 1,9 millones de empleados. No obstante en
beneficios se aleja que estas primeras posiciones hasta la 24. Por su parte la
empresa con más beneficios era, en 2006, Exxon Mobil, con 39.500 M$.
En los últimos años, hasta que en 2006 fue
desbancada por Wal-Mart Stores,
la primera empresa por volumen de negocios era la citada petrolera
estadounidense Exxon Mobil,
que ahora ocupa la segunda posición. Le siguen dos petroleras más, Royal Dutch Shell (Holanda) y Brithis Petroleum (Reino Unido).
La quinta y sexta posiciones corresponden a dos fabricantes de vehículos
automóviles: General Motors (Estados
Unidos) yToyota (Japón).
Empresas de estos dos sectores copan los puestos hasta el 11, donde aparece la
primera entidad financiera, General
Electric (EEUU). En el puesto número 13 se sitúa la compañía de
seguros holandesaING Group, a
la que le sigue la banca norteamericana Citigroup. En resumen, a excepción del minorista Wal-Mart Stores, los 20 primeros
puestos son ocupados exclusivamente por empresas de estos cuatro sectores:
Petróleo, Industria automovilística, Financieras y Banca, y Seguros. El menor
volumen de negocio por empresa en estas 500 se sitúa en los 14.880 M$, que son
los alcanzados por la canadiense del sector aeroespacialBombardier. En la comparación con el PIB por países, a pesar de
ser la menor empresa, la situaría en la posición 95, detrás de Estonia.
En relación a 1996 observamos importantes
cambios. Por ejemplo, el retroceso de las compañías automovilística
norteamericanas; el ascenso de las compañías petrolíferas; así como el ascenso
de Banca y Seguros; o la incorporación de China a este nivel. En conjunto,
solamente dos empresas no estaban presentes ya en la lista de 1996.
En volumen de empleo las diferencias son más
dispares. Por encima del millón de empleados encontramos la citada Wal-Mart Stores (1,9 M) y dos
empresas chinas: State Grid (1,5
M), del sector de la Energía y China
National Petroleum con 1,1 millones de empleados.
En el extremo opuesto, la holandesa GasTerra (Energía) declara
únicamente 169 empleos, mientras que los penúltimos puestos corresponden a las
coreanas S-Oil con
2.348 (Refino de petróleo) y SK
Networks con 2.559 empleos (Comercio mayorista).
Comparando con 1996, los cambios en la
estructura dominante del empleo son importantes. Casi la mitad de las empresas
(9) no formaban parten del ranking de
las 500 en 1996. China muestra un salto cuantitativo por cuanto son 5 empresas
las que dominan por su volumen de empleo. Sectorialmente, es interesante
observar la diversidad de actividades que forma el grupo de las nuevas
incorporadas: Petróleo, Energía, Banca, Ocio, Telecomunicaciones, Electrónica y
Comercio minorista.
Por volumen absoluto de beneficios, el sector
Petrolero acapara 9 de los 20 primeros puestos, con Exxon Mobil ocupando la primera
posición (39.500 M$). El conjunto de la Banca y actividades Financieras ocupa 5
plazas, con Citigroup a
la cabeza de este sector en el quinto puesto general (21.538 M$). El resto de
actividades entre las 20 con mayor volumen de beneficios, corresponden a las
aerolíneas estadounidenses UAL (3ª
posición); la rusa energética Gazprom (8ª);
a Pfizer, farmacéutica
norteamericana (9ª), mientras que el primer representante de sector del
automóvil en beneficios es la japonesa Toyota Motor (15ª). Les sigue en el puesto 16 la compañía
de seguros norteamericana American
International Group. Y por fin, en el lugar 20, consiguió situarse la
norteamericana Microsoft como
primera compañía mundial de software.
En este capítulo no
todos son beneficios, ya que 17 empresas declaran pérdidas en 2006, siendo el
fabricante de automóviles estadounidense Ford Motor el que presenta las mayores pérdidas de las 500
(-12.613 M$).
También por
beneficios se han introducido importantes cambios con relación a 1996. Se incorporan
5 empresas que no estaban presentes en el ranking de 1996: 3 norteamericanas, 1 rusa y otra china.
Sólo 7 empresas se mantienen como mayores productoras de beneficios y las 8
restantes proceden de posiciones muy inferiores en el primer momento considerado.
Continuidad y
cambio en el poder empresarial mundial
Esta cúpula del poder
empresarial que forman las 500 empresas, puede considerarse que ha sufrido
cambios importantes en su composición (Cuadro 14), por cuanto en sólo diez años
casi la mitad de las empresas (236 que representan el 47,2%) que estaban
presentes en 1996, han sido desplazadas por nuevas empresas, permaneciendo 264
(52,8%) con continuidad temporal de su poder empresarial mundial hegemónico.
Cuadro 14.
Continuidad y cambio por sectores en la presencia de las 500 mayores empresas
mundiales entre 1996 y 2006
El proceso de cambio
presenta tres componentes principales. Por un lado la componente empresarial,
aquella vinculada a las dinámicas de cada empresa, que las lleva a desarrollar
velocidades distintas de crecimiento o decrecimiento, con lo que pueden ser
superadas por otras más dinámicas que las desplazan de su posibilidad de
permanecer dentro del bloque de las 500. Se trataría, por tanto, de cambios
vinculados a la lógica empresarial en sí misma. Forman parte de este mismo
proceso las prácticas de concentración y absorción interempresarial, que
analizaremos más adelante.
Un segundo proceso
corresponde a la componente sectorial, aspecto vinculado a la dinámica de las
distintas actividades, donde son las dinámicas de cada tipo de actividad las
que evolucionan a velocidades distintas, al tiempo que aparece nuevas
actividades que les permiten incorporarse al ranking, como ha sido el caso en
estos años de los Servicios informáticos y software.
Un tercer factor lo
conforma la componente territorial, la cual aparece relacionada con dinámicas
territoriales diferenciadas que influyen sobre toda la actividad contenida en
su territorio, sea de expansión o de recesión. En este caso China sería uno de
los ejemplos de crecimiento y Japón, por el contrario, de crisis nacional, que
ha afectado a su estructura empresarial, lo que le ha llevado a las importantes
pérdidas de presencia en el bloque dominante que ya conocemos.
Algunos de los
cambios relacionados con la dinámica de cada una de las empresas los hemos
mostrado en el apartado anterior, por lo que aquí nos limitaremos a los
factores sectoriales y territoriales.
Desde la perspectiva
de la incidencia sectorial (Cuadro 14), podemos considerar tres situaciones.
Aquella en que todas las empresas de un sector que estaban presentes en 1996 se
mantienen en 2006. Se trata de Redes y Equipos de comunicación, Semiconductores
y otros componentes electrónicos y Sanitarios. A su vez, son campos que todos
ellos han visto incrementada su presencia en el ranking, especialmente el
Sanitario que ha pasado de 3 a 14 empresas.
En el extremo
opuesto, tenemos cuatro sectores que, por un lado tenían poca presencia en
1966, y en los que no se mantiene ninguna de sus empresas (Navieras, Otros
servicios a la producción y Servicios diversos); y por otro porque no había
ninguna empresa presente al inicio del período, como es el caso de Servicios
informáticos y software.
Entre estos extremos
se produce una gradación de continuidad, desde Correos y Paquetería, que
mantienen 87,5 por ciento de sus empresas de 1996 al tiempo que se incorporan 2
nuevas empresas, y, en el extremo opuesto, Construcción e Ingeniería, donde de
las 13 empresas de 2002 sólo 3 se mantenía, lo que representa un 25 por ciento.
En cualquier caso, del total de los 32 sectores en los que hemos subdividido
las actividades, 18 mantienen una continuidad superior al 50 por ciento de las
empresas que estaban presentes en 1996.
La continuidad a
través de la variable territorial -sobre la base de la unidad país- (Cuadro
15), muestran por su parte, un comportamiento más extremo entre el grupo de los
que mantienen el cien por cien de sus empresas presentes en 1966 (7
territorios) y, en el extremo opuesto, 11 países sin empresas con continuidad,
de los cuales 4 mantienen su presencia como territorio, pero con nuevas
empresas, y 7 no formaban parte del ranking de las 500 al inicio del período de
análisis. Sólo hay un caso de país –Venezuela- que pierde la presencia de su
única empresa en 1996.
Cuadro 15.
Continuidad y cambio por países en la presencia de las 500 mayores empresas
mundiales entre 1996 y 2006
El primer grupo, los
que mantienen sus empresas, son países con poco peso: Manteniendo el mismo
número de empresas encontramos a Noruega (2), Malasia (1) y Turquía (1), y con
aumento de presencia de Australia (de 5 a 8), México (de 1 a 5) e India (de 1 a
6). La excepción es el avance de China, que de las 3/5 que tenía, y que se
mantienen, efectúa un salto hasta las 24 que están presentes en 2006.
En el conjunto de los
países que manifiestan una continuidad empresarial por encima del 50 por ciento
encontramos a los más importantes: EEUU, Francia, Alemania o Suiza (en total 11
países). Mientras que entre los que se sitúan con una continuidad inferior al
50 por ciento cabe destacar Japón, que solo mantiene el 38,9 por ciento de las
126 empresas que tenía en 1996, aún cuando representan el 73,1 por ciento de
las 67 que aporta este país al ranking en 2006. También el Reino Unido se sitúa
por debajo de la barrera del 50 por ciento, con un 44,4 por ciento.
Estas cifras, válidas
en su conjunto, deben ser matizadas por otro de los procesos de cambio que
observamos en el período, caracterizado por grandes fusiones y compras de
empresas.
Un periodo de
grandes fusiones y compras de empresas
El Cuadro 16 muestra que 39 de las empresas
(7,8 %) presentes en el arranque de 1996 se han visto afectadas por procesos de
reestructuración empresarial de la propiedad, lo que afecta a 31 empresas
(6,2%) del ranking de 2006.
Cuadro 16. Presencia
de empresas españolas e Iberoamericanas entre las 500 mayores empresas
mundiales en 1996 y en 2006
Ello significa que algunas de las empresas que
no presentan continuidad se debe a que forman parte de fusiones entre empresas
que formaban parte del ranking en 1996. De esta forma, 25 empresas de 1996 han
quedado reducidas a 12 en 2006. Ello significa que han dejado 13 puestos libres
para que pudiesen incorporarse nuevas empresas. En 4 casos, a pesar de haberse
producido fusiones desde el punto de vista del control empresarial se han
mantenido como empresas de gestión independiente dentro del ranking.
Una vía para incrementar el volumen de los factores
empresariales en 10 casos lo ha sido absorber empresas externas, así como
tenemos constancia de 5 empresas que se han incorporado al ranking después de
haber sufrido procesos de fusión que les ha posibilitado alcanzar volúmenes
suficientes para su incorporación.
Esta dinámica de concentración tiene una clara
incidencia sobre el poder absoluto de las empresas. Se explicarían así algunos
de los importantes crecimientos de ciertas empresas que constatamos dentro de
nuestro grupo de análisis, por la vía de incrementar su potencial como gran
empresa.
Las empresas
españolas e iberoamericanas en la estructura de poder mundial
Parece interesante considerar aisladamente el
grupo de empresas españolas e iberoamericanas presentes en ranking de las 500
grandes empresas mundiales, lo que se refleja en el Cuadro 17.
Cuadro 17. Período de
grandes fusiones empresariales a partir de 1996 entre las grandes empresas
mundiales
En su conjunto, muestran su limitado potencial
empresarial en esta competencia a escala mundial ya que en 1996 sólo 6 empresas
iberoamericanas y 5 españolas estaban presentes. A lo largo de estos diez años
se observa un ligero incremento en su presencia al pasar a 10 empresas
iberoamericanas y 9 españolas.
De hecho la presencia iberoamericana sólo se
produce a través de dos países: Brasil, que mantiene 5 empresas y México, que
pasa de 1 a 5. Mientras que desaparece la única empresa venezolana presente en
1996.
Para el caso español, 4 de las empresas de
1996 mantienen su presencia mientras que se incorporan 5 nuevas empresas. En
estos diez años en España se ha vivido un fuerte proceso de privatización de
las empresas nacionales, que en 1996 se reunían como holding formando el grupo
TENEO, que ocupaba la posición 184 en 1996 y que en 2006 se había desmembrado.
La significación del poder
empresarial
El objetivo
fundamental de este trabajo ha sido analizar la concentración de poder sobre la
economía mundial por parte de un número proporcionalmente pequeño de empresas,
agrupadas bajo la creciente dinámica de expansión de las que se constituyen
como empresas multinacionales. Se ha efectuado este análisis sobre la base de
considerar la presencia, poder y magnitud de las 500 mayores empresas
mundiales.
Las tres variables
significativas aplicadas han sido: las características de las propias empresas,
su posición sectorial y su posición territorial. El análisis siguiendo estos
tres vectores nos ha permitido discriminar tendencias en los que cada uno de
ellos aportaba elementos de interpretación del proceso seguido durante estos
diez años, entre 1996 y 2006, que ayudasen a explicar los cambios y la
situación al final del período. Como conclusión, puede ser oportuno presentar
una síntesis esquemática de las valoraciones más significativos que se han
podido alcanzar a través del análisis de este grupo empresarial siguiendo estos
tres vectores de discriminación interna.
La síntesis
esquemática de los resultados es la que sigue:
Empresas y
territorio mundial
· El poder
de las 500 mayores empresas mundiales se acrecienta en términos absolutos:
incrementa su volumen de empleo en un 49 por ciento, de los ingresos en un 83
por ciento y, sobre todo, de los beneficios en un 278 por ciento.
· En
número de empresas de Europa aumenta su presencia de 34,2 por ciento a 35,6 por
ciento. EEUU mantienen sus posiciones 32,4 por ciento y aumento de Canadá del
1,2 por ciento al 3,2 por ciento.
· El
Sudeste asiático en su conjunto pierde volumen (29,4% a 24%) pero con un cambio
importante en la distribución interna, dada la importante pérdida de presencia
de Japón, que pasa del 25,2 por ciento al 13 por ciento. El resto del Sudeste
asiático en su conjunto es la zona de mayor crecimiento del 4,2 por ciento a
10,6 por ciento.
· En este
incremento destaca la mayor presencia de China del 1 por ciento al 4,8 por
ciento.
· El resto
del mundo mantiene una presencia marginal, por cuanto sólo pasa del 2,8 por
ciento al 4,8 por ciento.
· De los
países que han dado en asociarse bajo el acrónimo BRIC, como sinónimo de nuevos
países con expectativas de fuerte potencial de crecimiento, solo China está
penetrado significativamente entre las empresas dominantes.
Por sectores de actividad
· La
creciente presencia de las TIC (Tecnologías de la Información y de la
Comunicación) se refleja en la entrada o crecimiento de actividades de base
industrial como: –Equipos informáticos y Material de oficina; Electrónica y
Equipos eléctricos; Redes y equipos comunicación; y Semiconductores y otros
componentes electrónicos.
· Dentro
del periodo considerado, entran a formar parte del ranking de empresas las de servicios vinculadas a las TIC:
Servicios informático y Software y Servicios a las empresas. Por ejemplo,
Microsoft alcanza a penetrar en el ranking en 1997.
· En el
ámbito de las grandes empresas multinacionales no se constata ningún proceso de
desindustrialización, incluso aumentan ligeramente las empresas industriales a
costa de los servicios. En su conjunto se presentan como dos bloques muy
similares en magnitudes absolutas. Podemos interpretarlo como un signo de que a
escala mundo como un todo, la producción industrial constituye una base tan
importante y necesaria como los servicios en la articulación económica global.
· La base
fundamental de los servicios lo constituyen la Banca, los Seguros y el Comercio
en general, aun cuando han pedio presencia empresarial en estos años.
Desde la
perspectiva empresarial
· Importante
renovación empresarial en la cúpula, ya que casi el 50 por ciento de las
empresas de 1996 han sido reemplazadas en el ranking a lo largo de estos 10
años.
· La importancia
de estas empresas se manifiesta en sus magnitudes absolutas, por ejemplo, en
cuanto al empleo que movilizan: Como ocupación directa, la dimensión media de
empleos por empresa es de 106.000 empleados. Por empresas, en 3 empresas se
supera el millón de empleos directos con un máximo 1.900.000, y en otras 12
empresas ocupan más de 400.000.
· En
valores relacionados con su cifra de negocio, sus ingresos como conjunto se
sitúan cerca del equivalente a la mitad del PIB mundial, y cerca del que suman
Estados Unidos y la Unión Europea.
· Ha sido
un período con importantes procesos de fusión y concentración empresarial,
reforzando la dimensión y el poder de las empresas.
Con relación al
poder de estas empresas
· Desde la perspectiva de su poder como bloque, estos 10 años aparecen como
años de consolidación de la tendencia a la concentración de poder por parte de
las grandes empresas multinacionales. Tanto de la potencia individual de cada
empresa como de concentración interempresarial.
· Derivado
de ello, y considerando que éste ha sido un periodo en el que se ha extendido
la externalización en la organización empresarial, podemos presuponer una
multiplicación de poder indirecto por esta vía. Podríamos situar en unos 150
millones de personas las ocupadas por estas 500 empresas: directamente 53
millones y unos 100 millones indirectos o externalizados.
· Junto a
ello podemos considerar el poder derivado de la capacidad de compra y de la
incidencia en los procesos de comercialización por parte de las actividades
comerciales en sentido estricto.
· Y
también el papel vinculado a su función como intermediarios y gestores de los
recursos de capital circulantes en los mercados financieros.
· Territorialmente
se aprecia una tendencia, más que un cambio, a la incorporación del Sudeste
asiático, sobre el balanceo desde Japón hacia China, con una presencia estable
de Corea del sur.
· Por su
parte, Estados Unidos y Europa han mantenido, y hasta aumentado, su presencia a
la altura de 2006.
En resumen, parece claramente evidente que por
encima de los Estados se aprecia la existencia de un poder económico
impresionante en muy pocas manos. Aquellas que deciden, y desde donde influyen,
a partir de sólo 500 centros de empresarial mundial. Mediante su papel
económico, que manejan con la flexibilidad y la celeridad que les permiten sus
decisiones privadas, sin estar sometidas a control ni negociación democrática
alguna, disponen de una enorme capacidad para incidir sobre todos los demás
ámbitos del sistema social. En primer lugar sobre la propia economía mundial, y
simultáneamente, sobre la política, sobre la cultura o, directa o
indirectamente, sobre lo militar.
En su dimensión multinacional, en tanto asumen
el espacio mundial como única unidad estratégica territorial, se sitúan y
actúan sobrepasando con comodidad la escala territorial de los estados. Estados
que, si son democráticos, han de ser por, su forma de organización social,
mucho más lentos en la toma de decisiones. Al tiempo que con grandes
dificultades para asumir decisiones interestatales que puedan competir a la
misma escala, y a la misma velocidad, con la que actúan estas empresas. Cuando
los estados actúan bajo un régimen autoritario, su propio aislamiento les priva
también de capacidad para establecer relaciones y actuaciones interestatales en
caso de que pretendiesen contrarrestar estas estrategias empresariales.
La internacionalización, la mundialización y
la globalización han sido los estadios de avance y conquista introducidos como
punta de lanza por estas empresas de acuerdo con su capacidad de articulación
como instituciones, por un lado, y, por otro, sobre la configuración del
espacio único mundial como campo de estrategia y como campo de actuación: de
obtención de primeras materias, de producción dividida, de distribución y de
comercialización, así como de financiación y especulación monetaria
El límite de la
internacionalización ha sido la mundialización, cuando la internacionalización
ha topado con los confines del espacio geográfico de nuestro mundo.
Alcanzada esta escala
territorial límite, observamos que las actuaciones que toman el mundo como
unidad territorial estratégica se diferencian según dos objetivos. Un objetivo
es el de la estandarización, por la cual están interesadas estas empresas tanto
en su dimensión organizativa interna como en cuanto mercado para muchos de sus
productos. Esta dimensión es la que podríamos asimilar al concepto de
globalización. Así, lo que distinguiría la globalización de la mundialización sería
que la globalización conlleva la propuesta de estandarización a escala mundial,
es decir, que no se trata sólo de establecer relaciones internacionales entre
cualquier territorio, o de tomar al mundo como escala estratégica en la toma de
decisiones, sino de avanzar hacia códigos comunes de conducta, de normativas y
de actuación que eliminen las diferencias territoriales
Pero, paralelamente,
debe “evitarse” la estandarización o uniformización territorial absoluta. Deben
quedar territorios diferenciados, sobre los cuales poder aplicar los principios
de la división social y jerárquica. En unos casos como reacción desde “los
territorios” para defenderse de la estandarización. En otros, serán las propias
empresas multinacionales las interesadas en mantener diferencias
socioterritoriales que les permitan aprovechar desigualdades en los niveles de
vida -y de los correspondientes salarios-, para exprimir de ellos su fuerza de
trabajo o sus materias primas Pensemos que la localización
diferenciada de las distintas establecimientos o unidades productivas de estas
empresas se aprovechan de las ventajas comparativas y de las ventajas
competitivas de cada territorio, es decir, de la heterogeneidad. Un mundo
socialmente homogéneo, con igualdades de renta, salarios y cualificaciones, se
constituiría exclusivamente como un mercado, únicamente diferenciado por el
número de habitantes, pero no en territorios socioeconómicos a explotar
diferenciadamente.
Como conclusión puede
afirmarse que las empresas multinacionales serán las primeras interesadas en
mantener este doble proceso de homogenización y de heterogenización, en su
estrategia mundializadora. Para ello se valdrán de su enorme capacidad de
influencia, directa e indirecta, sobre todas las instituciones del sistema
social mundial. Los efectos de sus prácticas no dejarán indiferentes a los
procesos mundiales.
Notas
La temática de las grandes empresas constituye una de mis principales
líneas de investigación. Algunas referencias bibliográficas son: SÁNCHEZ,
Joan-Eugeni La gran empresa en
España. Un proceso de dependencia y concentración. Madrid: Consejo
Económico y Social (CES), 1998. SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. Dépendance et
concentration de la grande entreprise en Espagne. In MÉNDEZ, R. (ed.), Géographie de l'Espagne. Paris: l'Harmattan, 2006, p. 163-217. SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. Pautas
de localización de las sedes de las grandes empresas y entornos metropolitanos, Eure, 2007, vol. XXXIII, nº 100, p. 69-90.
Para los datos de
1996: COLBY, Laura y URRESTA, Lixandra, The Fortune global 5 hundred, Fortune, 08/04/97, vol. 136, nº 3, p.
F-1-F-12. Para los datos de 2006:Para aproximarnos a su papel inductor sobre el sistema económico
global disponemos del cálculo que efectué en SÁNCHEZ, Joan-Eugeni La gran empresa en España. Un proceso
de dependencia y concentración. Madrid: Consejo Económico y
Social (CES), 1998, p. 132, sobre la relación entre el empleo directo ocupado
por las grandes empresas y el empleo indirecto del que se servían. Para las
1000 mayores empresas españolas en 1994 se obtuvo que la relación entre empleo
directo y empleo indirecto era de 1 a 2. Es decir, que por cada empleo directo
se da ocupación a otras dos personas externas. Posiblemente esta relación debe
ser aún mayor en el caso de las empresas mundiales, por su mayor volumen e
incidencia que el que representan las empresas españolas. En cualquier caso,
aplicando esta proporción representaría que estas empresas dan trabajo a un
total de unos 150 millones de empleados: 52,8 millones directos y unos 100
millones indirectos.Forbes
2000 SÁNCHEZ, Joan-Eugeni, WEIS-ALTANER, Eric., BAILLY, Antoine. Division of
labour, production and space: classical concepts for the new Europe?. In LEVER,
William, BAILLY, Antoine (eds.) The
Spatial Impact of Economic Changes in Europe, Aldershot: Avebury, 1996,
p. 228-248.
Michael Porter, en su clásico trabajo, ponía el acento fundamental precisamente en
la ventaja competitiva de las naciones a la hora de considerar los factores
clave que aportaba la "ventaja nacional" en relación con su sistema
empresarial. Ello tanto en los aspectos del entorno empresarial como en el
papel del Gobierno Nacional y la posición de la propia nación en el mundo. Ver: PORTER, Michael E. La ventaja
competitiva de las naciones, Barcelona: Plaza & Janés, Ed., 1991.
En esta presentación me
limitaré a considerar la escala nacional. En trabajos anteriores he abordado el
ámbito de la escala metropolitana en relación con la estructura de los
asentamientos de los centros decisionales, también para el conjunto mundial,
así como el ámbito de los procesos y lógicas interiores para el caso de España
desde 1973.
En sentido estricto, la
desaparición de las dos empresas que aportaba Hong Kong deberían incorporarse a
las tres que aportaban China, con lo que esta última habría evolucionado de 5 a
24 empresas. Estas dos empresas aportaban 34.300 M$ de ingresos; 201.790
empleos y 411 M$ de beneficios en 1996.
BRIC, acrónimo de Brasil, Rusia, India y China. No significa que
entre ellos exista ningún tipo de vinculación. Solamente les une las enormes
dimensiones territoriales y poblacionales de cada uno de ellos.
El papel metropolitano en la ubicación de las sedes direccionales lo
he tratado más ampliamente en: SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. El papel de las áreas
metropolitanas y las pautas de localización de las sedes de las grandes
empresas. El caso de Barcelona. In CARRERAS, Carles, CARLOS, Ana.F.A. (eds.) Barcelona y Sao Paulo cara a cara. Procesos
metropolitanos a la hora de la globalización. Mataró, Ed. Davinci, 2006,
pp. 44-64; SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. Pautas de localización de las sedes
de las grandes empresas y entornos metropolitanos, Eure, 2007, vol. XXXIII, nº 100, p. 69-90
Los otros dos aspectos relacionados con las ubicaciones concretas del
entramado territorial internacional de estas empresas se referirían a la
localización de los centros de decisión subsidiarios dentro de cada país sobre
el que ejercen su internacionalización, y a los centros de producción y
comercialización a través de los que ejecuta sus actividades económicas,
distribuidos funcionalmente a escala mundial y dentro de los territorios
nacionales.
De éstas, un parte importante corresponde a empresas de tipo
industrial fuertemente enraizadas con la localización de su centro productivo
original (Dow Chemical, Whirlpool, Nestlé, Caterpillar, Deere, Volkswagen,
Michelin, Novartis o Roche Group). Otras tres relacionadas con las fuentes de
energía (Statoil, Surgutneftegas y Scottish & Southern Energy). Alguna,
como siempre, representan excepciones que no llegan a romper la regla general
de metropolización, máxime si tenemos en cuenta que se encuentran en países con
una fuerte integración territorial interna (Bertelsmann, Tyson Foods, Wal-Mart
Stores, Assicurazioni Generali y Vodafone). A excepción de Statoil todas las
demás se sitúan en Europa y Estados Unidos, con una importante tradición a sus
espaldas, lo que no se da en las nuevas empresas creadas en los últimos años en
los países emergentes.
El aparente menor poder de concentración de Nueva York respecto a
Tokio queda compensado en términos de control por cuanto los ingresos se sitúan
ligeramente por debajo, mientras que el control sobre empleados, y muy
especialmente de beneficios, más que duplican a los obtenidos por Tokio.
Algunos trabajos apuntan en la dirección de que en Estados Unidos se
produce un cierto desplazamiento de sedes hacia territorios menos
metropolitanos (QUARK,
A.A. From Global Cities to the lands’ End: The Relocation of Corporate
Headquarters and the New Company Towns of Rural America. Qualitative Sociology, 2007, nº 30, p. 21–40.
“Entre las diferencias [con el empresario industrial o al clásico
banco accionista de referencia de una empresa] se incluyen el interés por una
muy veloz revalorización de la inversión, la presión para vender activos y
saldar la deuda con la que se ha realizado la compra y una búsqueda de
eficiencia que en muchos casos acaba dejando por el camino algunos de los
valores tangibles e intangibles que aseguran la vida a largo plazo de las
empresas. Dicho de otra manera, en ocasiones, este tipo de inversiones coloca
de un lado el interés del accionista (el que vende y el nuevo propietario)
frente al resto de sectores con intereses en una empresa determinada:
trabajadores, proveedores, responsables políticos...” , y por tanto al
territorio, en lo que nos interesa en este texto. (PÉREZ, Manel. Bailando
con los fondos. Barcelona. Dinero
la Vanguardia. 06/05/2007).
En esta dirección incide el libro de John Perkins: Confessions of an economic hit man,
San Francisco: Berrett-Koehler Publishers, 2004.
Aun cuando las empresas multinacionales son una figura empresarial
con muchos años a sus espaldas, su expansión a partir de los años 70 del siglo
pasado, y muy especialmente de los años 90, se ha apoyado en las innovaciones
tecnológicas que ha aportado los sistemas de transporte (que han posibilitado
la movilización masiva a costes reducidos de personas y mercancía) y de las
telecomunicaciones (apoyadas en la telemática e Internet) que han posibilitado
la conectividad potencial absoluta a escala mundial y, muy especialmente, que
esta conectividad se pueda efectuar de forma interactiva e instantánea (on line) (sistemas financieros, pago
electrónico, Internet, teleconferencias, etc.).
Tal como lo aplico, mundialización y globalización no representarían
sinónimos, sino dos formas de relación social con el mundo como un todo. Por
tanto, no es simplemente una cuestión de competencia entre el uso francófono o
anglófono de las palabras mundialización y globalización para denominar el
mismo concepto, sino dos valores conceptuales distintos para interpretar los
procesos sociales actuales.
La estandarización que vinculo a la globalización viene condicionada
por la necesidad de que las relaciones, los flujos y los productos tengan el
mismo significado y la misma aplicabilidad en cualquier parte del mundo donde
se los use: el inglés como idioma internacional; los protocolos y programas
informáticos y de Internet; las formas de producción y sus protocolos de
verificación y de calidad, o los instrumentos, medios y sistemas de transporte,
serían cuatro ejemplos de globalización tal como la entiendo, donde es
necesario un patrón común para que puedan ser usados, aplicados o
intercambiados en cualquier parte a la escala mundo. Esta estandarización se
introducirá en todos los ámbitos sociales. Estandarización de la cultura: empresarial, social,
integración socio-cultural. Estandarización de
la economía: de modelo de producción, de modelo de distribución, de
modelo de consumo, de modelo de financiación, de modelo tecnológico, de
productividad y de competitividad. Estandarización de
la política: representación y gestión políticas. Estandarización de las infraestructuras:
físicas, financieras, monetarias, difusión tecnológica, de información, de
producción, comercialización, consumo de bienes y servicios. En estas dinámicas
de estandarización deberán considerarse tanto los procesos vinculados a las
estrategias de los agentes sociales (entre los que hemos asignado un papel
preeminente a las estructuras de poder de las empresas multinacionales) como
los procesos vinculados a las dinámicas sociales que las potencialidades
tecnológicas posibilitan para la penetración desde unos territorios sobre
otros, incidiendo activamente en los procesos de estandarización.
Por ejemplo, el turismo internacionalizado tiende a la mundialización
bajo dos modelos: el de la globalización, creando ámbitos con identidad de
formas y funciones (Club Mediterranée) y el de la
internacionalización-mundialización donde, contrariamente, lo que se ofrece es
lo diferente, lo exclusivo que puede aportar el lugar, sea físico o cultural. Aquellos
aspectos que no son aplicados-intercambiados a la escala mundial pueden
conservar su "cultura" particular, sea la ideología, la religión, los
nacionalismos o los localismos, a condición de que aquellos productos o
mensajes que se desea que formen parte de la red global y, por tanto, pretendan
ser aplicados y/o intercambiados a escala mundo, se adapten al estándar global
(por ejemplo, el nacionalismo idiomático hablando en inglés en los foros
internacionales).
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